19-Mayo-2016

Conexión Vertical

¿Idolatra Yo?   "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” – 1 Timoteo 6:10 – (RVR1960)   Desde el principio de la creación, Dios se ha revelado a si mismo con promesas de bendición y prosperidad para quienes le siguen. En cada oportunidad ha expresado ser un Dios celoso que no comparte su Gloria con nadie y por lo tanto espera que le demos la Gloria a su nombre y no vayamos tras ningún otro dios; a lo cual Él claramente llama Idolatría y adulterio en nuestra relación con Él.   La Idolatría es abominación a Jehová y Pablo explica la fuente de ella en Romanos 1:21-25; los hombres abandonaron a Dios y se hundieron en ignorancia y corrupción moral (1:28). Sin embargo, a pesar de todas las advertencias de Jehová, Israel fue un practicante constante del paganismo y terminó en pecado al sustituir su relación con Dios por la adoración a ídolos.   En el nuevo testamento el termino idolatría se usa para designar codicia (Mat. 6:24; Luc. 16:13; Col. 3:5; Ef. 5:5), y lamentablemente al igual que el pueblo de Israel, la iglesia también ha permitido esta practica en sus vidas, familias e iglesias. La novia de Cristo se ha dejado seducir por los ídolos y ha adulterado por su amor al dinero.   El cristiano necesita entender que estas nuevas teologías y prácticas son actos completamente carnales y que van en contra del Espíritu Santo de Dios. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías” Gálatas 5:19-20 (RVR1960). Como el mismo Jesús lo dijo en Mateo 6:19-24; debemos tener nuestros tesoros en el cielo, huir de cualquier tipo de idolatría y preocuparnos por nuestra vida eterna.   Hoy podemos buscar la misericordia de Dios y antes de ir tras los deseos de nuestro Corazón, desear las cosas celestiales y espirituales. Reconozcamos que el amor al dinero es una forma de idolatría, aun cuando son los mismos líderes sean quienes la promuevan, pero sobre todo no olvidemos que nadie puede servir a dos Señores según Mateo 6:24.